Da gusto conocer a personas que llevan la sonrisa por bandera. Pedro y Sara son dos de ellos. La verdad es que pasé un rato divertidísimo, me sorprendió su facilidad para reírse, para quererse, para disfrutar de su momento. Fue maravilloso ver que la sonrisa de uno provocaba instantáneamente una risa verdadera en el otro.
Cuando alguien sonríe de verdad, cuando brotan carcajadas sinceras, un pedacito de el alma se refleja en su rostro. Considero tan importante la sonrisa que creo que nada en esta vida debería merecer robarnos la capacidad de sonreír. Reír es un don que llevamos innato, es la inocencia con la que nacemos, un reflejo de nuestro alma. No olvidemos como sonreír por favor.
Gracias Pedro y Sara, sois encantadores. Me regalasteis un recuerdo maravilloso y una lección perfecta de como disfrutar de cualquier momento. Pase lo que pase, no perdáis nunca esa sonrisa que os ilumina.